Cómo escribir una canción para que sea un temazo
Si has llegado hasta aquí es porque alguna vez has soñado con componer una canción exitosa, tan inolvidable y pegadiza que suene en todas partes, allá donde vayas. Vamos, que sea un temazo. ¿Pero cómo se escribe una canción para que sea un éxito? Muchos opinan que para conseguir algo así es necesario tener mucha suerte, pero, aunque la suerte nunca está de más, hay ciertos trucos que podemos aplicar a la hora de componer canciones. No hay que dejarlo todo al azar y, viendo lo que triunfa a nuestro alrededor, podemos trabajar para lograr nuestro objetivo.
Al fin y al cabo, la música tiene reglas y unas estructuras que tienen más oportunidades de triunfar que otras. En este post te daremos algunas claves para componer canciones con potencial suficiente como para convertirse en hits:
1. Introducciones cortas
Las intros son muy importantes, ya que con ellas tienes la oportunidad de cautivar al oyente y que no pase de canción. Pero, de la misma forma que sirve para captar, también puede ser tu perdición si la haces demasiado larga y llega a aburrir. Piensa en una película que has encontrado al encender la tele. ¿Cuánto tiempo le das para captar tu atención antes de abrir Netflix y poner otra cosa? Pues lo mismo pasa con la música. Aunque obviamente, no hay una fórmula única y también dependerá de tu estilo musical, para los géneros más comerciales, se recomienda que las intros no duren más de 10 segundos.
2. Beats simples
A veces nos gusta complicarnos la vida. Parece que si algo no es terriblemente enrevesado no es bueno. Y no tiene por qué ser así. Al menos, en lo que a temazos se refiere, la clave muchas veces está en la simplicidad. Si te fijas, los mayores éxitos musicales de la historia no usan combinaciones de acordes complicados. De hecho, ya existe hasta una fórmula científica estudiada por Tijl De Bie, experto en inteligencia artificial de la Universidad de Bristol, para escribir una canción exitosa: cuatro acordes (a poder ser) siguiendo la progresión I-V-vi-IV, un tempo de 120 pulsaciones por minuto, un compás de cuatro por cuatro, alguna nota disonante y segundas voces.
Aunque en Distrimonkey tenemos claro que la música, como cualquier otro tipo de arte, no puede explicarse con una fórmula, lo que está claro es que 3 o 4 acordes y una buena letra son suficientes para componer canciones que se conviertan en temazos.
3. Letras pegadizas
Hay canciones con letras muy metafóricas y otras cuyo mensaje es mucho más directo. Ni unas ni las otras tienen por qué ser mejores, pero lo que sí tienen en común todos los temazos es que sus letras son pegadizas.
¿Cuántas veces te has encontrado tarareando una melodía en bucle mientras intentabas hacer cualquier otra cosa? El objetivo de cualquier compositor que quiera que su canción triunfe es conseguir que la letra se te meta en la cabeza y no salga de ahí en mucho tiempo.
¿Pero cómo lo conseguimos? Un consejo para escribir una canción pegadiza es que la letra sea sencilla y repetitiva, así será mucho más fácil de recordar y de que a la gente se le pegue. Échale imaginación para que tus letras sean tan pegadizas que nadie pueda dejar de cantarlas.
4. Duración de 2 a 3 minutos
Todos conocemos canciones que duran más y son increíbles, pero lo cierto es que el tiempo de duración estándar de las canciones más comerciales hoy en día es de 2 a 3 minutos. Esta no es una regla sagrada que haya que seguir al pie de la letra, ya que cada obra y cada estilo tienen sus características y requieren fluir de forma diferente, pero es una información útil para tener en cuenta cuando componemos.
5. Potenciador del estado de ánimo
Las canciones cuentan historias y nos ayudan a crear también las nuestras. No solo con su letra, también con las vibes que transmiten y la atmósfera que crean. Hay canciones que suben el ánimo tan solo por escucharlas y otras que reproducimos en bucle cuando estamos tristes y solo nos apetece llorar en la cama con los cascos puestos. A los humanos nos gusta escuchar música que nos haga sentir, tener emociones intensas. Es la forma que tenemos de conectar los unos con los otros, de sentirnos comprendidos y saber que no estamos solos.
Por eso hay que apelar a las emociones. Para eso, debemos tener claro desde el principio qué emoción queremos transmitir y cómo vamos a hacerlo, así no iremos perdidos a la hora de componer canciones. Quizá tu objetivo es comunicar un sentimiento, una preocupación, confesarte, hablar de una experiencia que te ha impactado o denunciar un hecho.
No hay temas que no puedas tratar si lo haces bien, así que no caigas en tópicos. Incluso hablando de temas universales con el amor se puede ser original. Eso sí, ten en cuenta que, si quieres un hit, tienes que pensar también en tu público objetivo, aquel para el que escribes. Dale personalidad a tu canción, hazla tuya, pero sin perder de vista que es importante que la gente se vea reflejada en ella también y empatice contigo.
No olvides que todo en esta vida se aprende con la práctica, y componer canciones no iba a ser diferente, así que no te desanimes si en los primeros intentos no consigues nada. Lo importante es que las musas te pillen siempre trabajando. Mira a tu alrededor, aprende de la música que escuchas, de lo que suena en la radio y lo que triunfa en los distintos géneros: rap, rock, trap, pop, metal, flamenco… Experimenta y sal de tu zona de confort. Dale caña y escribe ese temazo que estás deseando compartir con el mundo.